Sexta clase: Clínica del iriólogo.

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SIETE CRÓNICAS DE CASOS ATENDIDOS,

CON SUS DIAGNÓSTICOS COMPLETOS (dados verbalmente)

Crónica 52 (enfermedad autoinmune)

La señora G. B.

 

La señora G. B., canceriana de 55 años, se presentó en el mes de julio en la farmacia homeopática. Comenzó narrándome que había ido a siete médicos, uno de ellos le dio pase a reumatólogo, en tanto otro le explicó que lo de ella eran solamente nervios, etcétera. Total, desde hace tres meses padecía sin explicaciones.

Primero había comenzado a sentir cada día más la contractura muscular de la espalda. Luego sentía que le cinchaban el cabello. Se le comenzaron a hinchar las articulaciones, produciéndole mucho dolor. Comenzó a sentir agotamiento e inflamación de las manos, las rodillas y los pies. Y a dormírsele los antebrazos.

Con el reumatólogo le analizaron el “factor reumatoide” y le dio bien. Le encontraron la columna sin problemas.

No sufre mareos, vértigos ni náuseas. Sin embargo comenzó a padecer frecuentes dia­rreas y a orinar con espuma y algo más oscuro de lo normal.

Los especialistas le indicaron antiinflamatorios y analgésicos, pero nada de todo eso le surte efecto.

Le encontraron anemia.

Encontramos rosario linfático, rodillas caderas y codos con nubecillas blancas, cripta en médula ósea, como signos principales.

Diagnóstico constitutivo. Estado general bueno, con comienzo de inflamación en articulaciones, posibilidades de empeorar la anemia y posible intoxicación linfática.

Diagnóstico fisiológico. La anemia ya diagnosticada clínicamente pudo producirle debilidad inmunológica a pesar de la fuerza de su energía corporal. Como consecuencia de esto posibles patógenos nocivos podrían afectar sus ganglios linfáticos. La inflamación articular, según nuestros signos iridales, sería secundaria, resultaría consecuencia de la intoxicación.

Diagnóstico patológico especulativo. Quedan descartados esclerosis múltiple o localizada, enfermedades cerebrales, mal de Hodkin, síndrome de Addison, tenia y contagio psicosomático. En principio se define un estado de la sangre con gérmenes parasitarios no infecciosos intoxicando el sistema linfático (ganglios y vasos), con posible causa en el intestino grueso.

Diagnóstico específico. Pudo darse al mes de tratamiento, en que mejoró la anemia, recuperó la descompostura, mejoró la orina, las ronchas en la piel fueron más esporádicas. Y persisten: los dolores e hinchazón de pies, y la astenia.

 

Los médicos continuaron investigando, llegando al siguiente estudio:

 

 



Anticuerpos antifosfolípidos: 126,1 upl/ml


Mayor de 15 = positivo


Ferritina: 8 μg/dl


Normal: 10 a 120


Fosfatasa alcalina: 237


Normal: menor de 215


Gamma globulina: 243


Normal: hasta 215


ves: 86 mm


Normal: entre 5 y 20


Ácido úrico: 2


Normal: entre 2,5 y 6


Orina: hemoglobina positivo


Normal: negativo


Sideremia: 28


Normal: 60 a 160


Hemoglobina: 9,6


Normal: 12 a 16


Plaquetas: 426.000 /mm3


Normal: hasta 400000

 

Con esos valores se observa un desequilibrio importante en la fuerza inmunológica. Parece resultar un exceso inmunológico producido por el propio organismo. Dado que los demás valores se encuentran bien, podemos definir que no hay infección. Y rectificar que no hay germen parasitario, pero sí autoinmunidad contra su propio sistema inmunitario. Empero, nos parece importante como punto de partida que con el resultado de la iriología la doctora haya decidido mandar estos análisis, con los cuales diagnosticó que sufre una enfermedad autoinmune.

Sugerencias terapéuticas. Continuar el tratamiento tal cual lo veníamos realizando, con un cambio del antiparasitario, hacia un equilibrante inmunológico. Y recomendamos aceptar el tratamiento con cortisona que la doctora le propuso.

La señora G. B. se encuentra mejor, casi sin síntomas a pesar de lo difícil del caso, en virtud de luego de tres meses haber dado con una doctora de sensibilidad acentuada a las reflexologías naturales.

 

Crónica 53 (virus)

La señora S. F.

 

La señora S. F., sagitariana de 38 años, concurre a la homeopatía desde el mes de julio. Presentaba una importante distensión abdominal, con calor que le bajaba hasta el ano y la vagina. Dolor de cintura, a veces diarrea, a veces estreñimiento, dolor de cabeza, dolor de estómago del lado izquierdo, orina caliente y que le irrita al evacuarla.

Tiene además el sueño nocturno interrumpido, se encuentra deprimida porque no sabe lo que le sucede, los especialistas no le encuentran nada. Y hace diez años empezó todo esto, tuvo gastritis y reflujo biliar. Luego se cortó el problema y ahora se repite nue­vamente.

Análisis de sangre: dentro de los rangos normales. Análisis de orina: normal. Ecografía: bien. Funcional hepático: bien. Tránsito de intestino delgado: normal.

Signos iridales principales. Ojos turbios, iris en transparencia, mancha roja en el hígado, copos de rosario linfático dorado.

Diagnóstico constitutivo. Estado general mediano, con claros signos de preocupaciones mentales y estado infeccioso orgánico con probable incidencia hepática.

Diagnóstico fisiológico. Las deudas de su negocio han ocupado excesivamente su mente, provocando pérdida de energía corporal. Eso ha ido en demérito de su sistema inmunológico, y a posteriori se ha instalado un patógeno en su cuerpo probablemente relacionado con el hígado. Este órgano ya había sufrido una infección en su niñez, una hepatitis b, y actualmente se encuentra muy enrojecido.

Diagnóstico patológico. Se descartan pólipos, colon irritable y Elicobacter pilorii. Reconocemos un estado virósico, probablemente hepático; podría tratarse de una hepatitis c. Sistema inmunológico muy activo contra el patógeno.

Diagnóstico específico. Por análisis médico solicitado a consecuencia de estudio iridal, hepatitis c negativo. Rectificamos el patógeno, empero insistimos en el estado virósico. El tratamiento propuesto es un antiviral-regulador térmico y un curativo hepático na­turales.

Luego de 74 días de tratamiento los signos de turbiedad y transparencia del iris habían desaparecido, al igual que el signo linfático y el hepático, resaltando una línea negra superficial en el hígado.

Desaparecieron totalmente todos los síntomas. Se le sugirió un purificador orgánico para eliminar residuos de los gérmenes patógenos que tantos años había alojado.

 

Crónica 54 (Stafilococus aureus)

La señora M. M.

 

Leonina, 62 años. Llegó a consulta narrando sus síntomas: caspa fuerte en cejas, cabeza y cuello, con prurito. Vista con comezón, glaucoma heredado. Mucho estado nervioso, cinco hijos, una de ellas mal de amores, nueve nietos, esposo enfermo y ella “tragando” sus emociones. Dolor de cabeza, supuración ocular, presión arterial demasiado variable, falta de memoria, sordera. Cervicales, según palabras del doctor, “a la miseria”. Várices, le dijo el médico que no la operaría por segunda vez, que fuera a una homeopatía. Llegó a ulcerar la pierna sobre las venas varicosas.

Signos iridales. Hippus. Copos blancos en rosario linfático. Área nasal, visual y auditiva en transparencia y turbias. Arco de la piel en la cabeza, negro. Arco venoso, blanco inflamado en piernas.

Diagnóstico constitutivo. Fibras iridales desarmadas que nos indican un organismo propenso a enfermar gravemente. Estado infeccioso que tiende a volverse crónico hacia la cabeza, sobre la epidermis. Estado articular degenerativo. Riesgo de pérdida de la visión.

Diagnóstico fisiológico. Su sistema nervioso se ha visto alterado notoriamente en lo energético a causa de los problemas en su familia y su hipersensibilidad. Le ha generado un desgaste linfático que originó una fuerte gripe (hace 32 años), mal curada, después de la cual perdió bastante la audición y desde entonces se alojó un patógeno que le fue desgastando el organismo, incluyendo las venas. La vista también se vio afectada, sensibilizada por la herencia. Las vértebras cervicales, además de por sus esfuerzos, también pudieron verse afectadas por el patógeno.

Diagnóstico patológico. Dadas las características consecuentes de un patógeno alojado desde hace muchos años, confirmo que se trata de Stafilococus aureus (estafilococo dorado). Artrosis, várices agravadas, glaucoma pasajero.

Diagnóstico específico. El estafilococo dorado genera una malla en las mucosas internas del organismo. Encontró ambiente propicio hace 32 años, ha tenido seguramente etapas en su vida de mayor actividad purulenta, como esta etapa, donde le da supuración en la vista. Por eso inflaman sus ganglios linfáticos inútilmente, despegándose el virus de su sitio, dando contra la barrera de la piel, afectándola también bajo el cabello.

Sugerimos antiviral, armonizante nervino, loción contra la caspa con cascarones y aguardar a mejorar para tratar artrosis, várices y glaucoma.

Resultado: en un mes desaparecieron todos los cascarones de la cabeza, se siente mejor y normalizada de la memoria. El tratamiento continúa, le sugerí tres meses continuos.

 

Crónica 55 (fibromialgia)

El señor A. C.

 

En el mes de julio se presenta en consulta el señor A. C. con un fuerte dolor en el brazo hacia el tórax y adormecimiento del brazo (derecho). Sufre diverticulosis. El resultado del electrocardiograma fue dudoso. Es levemente hipertenso. Padece desgaste leve de discos cervicales. Al nacer tuvo una infección intestinal.

Signos relevantes. Laguna abierta cardíaca. Decoloración muy notoria en grandes áreas musculares. Decoloración similar en el arco sanguíneo. Lagunas y marcas de cicatrices en el intestino grueso. Cripta cervical y lumbar.

Diagnóstico constitutivo. Irritación de intestino delgado. Tensión auditiva. Lumbares comprometidas. Reumatismo. Músculos debilitados, incluido el cardíaco. Arterias dé­biles.

Diagnóstico fisiológico. Debilidad muscular de origen cardíaco, la cual originó presiones discontinuas, debilidad en la sangre y desgaste de los tejidos medios de las articulaciones de más uso en su profesión. El problema intestinal es consecuencia de su enfermedad al nacer.

Diagnóstico patológico. Esta enfermedad se denomina fibromialgia. Tiene también artrosis cervical y debilidad de arterias cardíacas.

Diagnóstico específico. Fibromialgia designa un dolor en tejidos muscular y conjuntivo, no reumático o contractural necesariamente, aunque puede coincidir, como en su caso en algunas áreas. Por otra parte, la medicina oficial continúa investigando la causa de esta enfermedad. Nos gustaría dar nuestro punto de vista al respecto basado en la experiencia de cuatro casos concretos de fibromialgia y sus signos inequívocos en común. En los cuatro casos hay debilidad cardíaca y debilidad en la sangre, con tendencia más grave al signo del corazón que el de la sangre o que el mismo músculo.

Conclusión sobre la fibromialgia. Es el resultado de una enfermedad congénita del corazón, no considerada por tratarse de abertura demasiado pequeña a la observación ecográfica, del intercambio o septum cardíaco ventricular, que daría un goteo más o menos esporádico de sangre venosa en el torrente de sangre arterial. Esto en una medida lenta y progresiva modifica el alimento muscular, y no otros tejidos, debido a que la sangre se renueva constantemente. El resultado de esta deficiencia es el conjunto de síntomas que la ciencia ha denominado fibromialgia.

Tratamientos. Tónico arterial y reconstituyente cardíaco. Tónico venoso preventivo. Antioxidante muscular. Los pacientes mencionados se han recuperado conside­ra­blemente.

Al señor A. C. le han desaparecido casi 100 por ciento la inflamación y el dolor del antebrazo derecho.

 

Crónica 56 (plombemia)

El señor D. R.

 

El señor D. R. llegó a consulta recomendado por un compañero de trabajo. Es geminiano, tiene 53 años y desde hace 23 años trabaja en una fábrica de fertilizantes. Es soldador. El médico de cabecera le adelantó hace veinte años, cuando ya había comenzado a tener problemas, que no debería permanecer en la fábrica más de quince años.

Empero todo eso lo vine a saber después.

Las primeras palabras de D. R. fueron acerca de sus cálculos renales, que no habían cedido al láser (litotricia). Le habían dado ocho aplicaciones de rayos la primera oportunidad y 12 aplicaciones la segunda, desprendiendo sólo un trocito pequeño que salió entero dañando la uretra, haciendo expulsar una pequeña cantidad de sangre. Después de eso los especialistas desistieron de continuar con los rayos láser, proponiendo a D. R. tomar 4 litros de agua por día. Sin embargo la situación en el trabajo no es buena, padece mucho, hay diez supervisores para cuatro trabajadores que quedaron después de dar de baja a tantos otros, teniendo que ejercer toda la tarea y totalmente vigilados. Lo cual no le permite siquiera tomar agua durante las horas de taller. Después del estudio, cuando le preguntaba acerca de las sustancias tóxicas en la fábrica y su protección, me mencionó que solamente le dan delantal de cuero y guantes, y los delantales ni siquiera con metal protector de amianto.

Trabajó todos estos años con plomo, hierro fundido, hierro dulce, muchísimo polvillo de fertilizantes y las varillas de soldadura de desechos metálicos y carbono, princi­palmente.

Está sufriendo adormecimiento en las manos, no puede orinar, para hacerlo tiene que acostarse y friccionarse.

Signos iridales. Nube plomiza azulada en el arco linfático y de la piel hacia el área cerebral. Nubes plomizas azuladas en vesícula, área de la piel y circulatorio hepático, en pulmón, también en área de la piel y circulatorio, en tráquea, pero más denso (como solidificado). Pterigium de esclerótica hacia columna. Laguna cerrada profunda en riñón izquierdo, de tono gris azulado. Venas marcadas en la esclerótica de un rojo sangre vivo hacia el pulmón.

Diagnóstico constitutivo. Intoxicación por plomo generalizada. Desgaste renal. Intoxicación biliar. Tumores benignos en la vista.

Diagnóstico fisiológico. La intoxicación por fertilizantes ha debilitado su sangre, quedando usted propenso a una anemia severa. Empero el elemento que ha sedimentado en su organismo es el plomo, el cual ha recorrido su organismo hasta depositarse en el riñón izquierdo, produciendo allí la litiasis de un material difícil de desintegrar aun con la litotricia. Esto ha ido desgastando sus nefrones y corre usted riesgo de una insuficiencia renal.

Diagnóstico patológico. Principalmente, plombemia. Litiasis renal de materia dura, probablemente de plomo con carbono, ya que se observa el signo de la laguna renal más oscuro que el de la intoxicación en la sangre. Por otro lado podría obstruirse su piel y dejar esta de respirar.

Diagnóstico específico. Nos apoyamos además en sus análisis clínicos:

 



Triglicéridos: 327 mg/dl


Normal: hasta 200


Colesterol total: 280 mg/dl


Normal: hasta 200


Uremia: 60 mg/dl


Normal: hasta 45

 

—Trataremos la plombemia y la uremia combinadas en un fuerte depurativo. Los cálculos de plomo y carbono por otra parte. Un curativo renal. Y debe cambiar de empleo; comprendo que es su medio de vida.

—Sí, estoy de acuerdo, un amigo me dijo que a él le pasó parecido con zinc y lo jubilaron gracias a la orden médica debido al resultado. Además puedo hacerle un juicio a la fábrica en todo caso. Pues tengo conmigo el trocito de cálculo que expulsé, y lo voy a hacer analizar.

—Estoy de acuerdo, y sería un beneficio para los demás compañeros que obligaran a la tal directiva a dar mayor protección a los trabajadores. Sin embargo, le sugiero asesorarse con un especialista en leyes. Tal vez sea mejor para todos y la directiva acepte darle jubilación dialogando primero, pues no le serviría quedar en el tapete público. Por otra parte, si litiga usted es el que queda esperando, aunque gane; esas cosas, y más con empresas tan grandes, llevan demasiado tiempo, durante el cual usted ya no estaría trabajando allí ni cobrando ningún salario. Analice todas estas cosas.

—Tiene usted razón, lo mejor es ir donde un abogado cuando tenga el informe médico e intentar hacer entrar en razón a los de la fábrica.

 

Crónica 57 (fibromialgia)

La señora T. S.

 

Librana, de 59 años, la atendí en mayo. Hace cinco meses se le sale de lugar el hombro izquierdo, no tiene ruido articular pero sí entumecimiento.

Le han dicho que tiene artrosis, tendinitis, artritis, pinzamiento en la cadera, casi no puede caminar del dolor. En las placas no le encontraron nada, todo bien; ésas habían sido las primeras especulaciones de los especialistas.

“¿Nada? Se da cuenta, Carlos, nada... ¿Y qué son estos dolores desgarrantes? ¿Nada?”

Tiene también taquicardias, prolapso de válvula mitral y presión sanguínea irregular.

Le han dado antiinflamatorios y calmantes, produciéndole pocos resultados benéficos, apenas transitorios.

Signos iridales. Arco senil. Líneas negras en arcos venosos. Cripta cardíaca. Decoloración sanguínea.

Diagnóstico constitutivo. Debilidad de la fuerza vital de su organismo. Afección venosa crónica. Patología de origen cardíaco. Debilidad sanguínea.

Diagnóstico fisiológico. En origen ha comenzado con una afección cardíaca, probablemente congénita, que le produjo cierta debilidad en la sangre. Esa debilidad afectó sus venas, hizo decaer su energía corporal y luego comenzó a debilitar sus músculos y articulaciones.

Diagnóstico patológico. Fibromialgia. Reuma muscular y tendinitis en la cadera, y calambres, todo esto consecuencia de la fibromialgia. Reumatismo óseo.

Diagnóstico específico. Hemos comprobado que la fibromialgia es una mezcla de sangre venosa en la sangre arterial, pero en mínima proporción, tal que no invita a los especialistas a relacionarla con enfermedad congénita cardíaca, pues están acostumbrados a esa enfermedad en grados mayores, en que inmediatamente es precisa una urgente intervención, con pocas probabilidades de vida. En este caso la mezcla es mínima, pero suficiente para que con el correr de los años se debiliten la sangre, las venas, los músculos, las articulaciones y por último el esqueleto.

En siguientes ocasiones hemos seguido platicando sobre su caso. Toda la vida sufrió taquicardias, y fue peor después de la menopausia.

En cuatro meses la paciente se encuentra aliviada en la clavícula, la espalda, ya no se le sale de lugar el hombro y está más animada. Aún padece dolores desde el hombro hasta el codo, en la cadera y en las piernas.

El tratamiento está siendo basado en antirreumático, antioxidante vegetal para fibromialgia y tónico cardíaco.

 

Crónica 58 (úlcera de ilion)

El señor O. C.

 

El señor O. C., acuariano de 45 años, comenzó a exponer sus dolencias narrando sus problemas de columna. Hace tres meses se le produjo una hernia de disco cervical, de la cual ya había sido operado.

Le quedó la columna vertebral lesionada a raíz de un disco intervertebral calcificado que tuvieron que extirparle, dejándolo sin broches ni collarín. Por otra parte no sueldan la quinta y sexta cervicales. A raíz de los nervios en los brazos quedaron lesionadas. Tiene severos problemas motrices, se le duermen los brazos.

Además sufre de lumbares, hombros, dolores constantes de cabeza y faciales-mastoideos.

Tiene la presión sanguínea irregular, descontrolada, a veces pierde la visión y generalmente ve como entre aguas.

Le diagnosticaron escoliosis, picos de loro y pinzamientos.

Tiene O. C. mucha acidez estomacal, gastritis, sangrado rojo en el intestino, aunque a veces la sangre es muy oscura.

Le encontré criptas en zona intestino delgado, desnivel de tejido estomacal, canaleta de sistema nervioso autónomo, laguna abierta gelatinosa lumbar y otros signos similares. Aplanamiento lateral (nasal) interno.

La cripta nos indica una úlcera. El desnivel estomacal, propensión a ulcerar el estómago, actual gastritis. La canaleta en sistema nervioso autónomo, desgaste de los nervios. La laguna abierta gelatinosa articular, artrosis infectada. El aplanamiento, dificultad respiratoria, pues fuma dos cajillas por día.

Una posible infección ósea proveniente de una mutación viral de su infancia, en que padeció fiebre reumática, pudo ir destruyendo las articulaciones. El dolor y el sufrimiento dieron la gastritis casi ulcerosa y ésta derivó en una ulceración del tracto asimilativo del tuvo digestivo.

Estimamos que sufre una tuberculosis ósea (aunque no dimos este diagnóstico) o algo similar. Es una artrosis generalizada consecuente. Gastritis severamente erosiva. Úlcera de ilion de intestino delgado. Reuma bacteriano.

Al darle el diagnóstico, O. C. recordó esos otros síntomas que “no sabía si serían importantes”. En la noche sufre fiebres inexplicables con copiosa transpiración. En una época le hacían darse un benzetacil mensual, de lo cual desistieron pese a seguir los síntomas.

—Con razón, ese remedio es un poderoso antibiótico, y ni siquiera así lograron frenarle, con lo que abandonaron todo intento. Empero tiene usted una úlcera de ilion y eso es urgente, debe ir donde los cirujanos sin que nada lo aplace.

Con nosotros, estará tratado con curativo de intestino delgado, una fórmula para gastritis, otra para reumatismo, otra para hemorroides internas, una crema para hernias discales, un antiviral y un producto vegetal y mineral en polvo para la artrosis.

 

 

 

CONCLUSIONES

 

 

 

A partir de otros estudios iriológicos de casos analizados de esta forma, hemos llegado a conclusiones esclarecedoras sobre enfermedades aún no totalmente explicadas como el cáncer, el lupus, la esclerosis múltiple, el vitiligo.

 

Cáncer. Hay debilidad general congénita, aunque no se manifieste. Donde comienza, empieza a producirse más fuerza o actividad que lo común. Esto se explica en la actividad de un virus o patógeno aún no descubierto. Nuestra conclusión es que el cáncer es congénito (ens dei) y viral.

 

Lupus. Hay exceso sanguíneo y linfático, al tiempo que inutilidad del mismo (anticuerpos inútiles). Podría tratarse de un ens dei de esfuerzos inútiles o vanos tras cosas meramente materiales. El mecanismo de protección se debilita por consecuencia, afectando la piel o los riñones. Clínicamente, desde mi punto de vista, es un tipo de retardo funcional linfático de nacimiento, por la antedicha explicación (según análisis psíquico de varios enfermos).

 

Esclerosis múltiple. Desmielinización, hasta la pérdida de todo el recubrimiento nervino, con los consecuentes infartos orgánicos correspondientes. Por observación de muchos casos, se trata de un autocastigo o autoflagelación inconsciente, en personas que se han hecho demasiado daño a sí mismas en existencias anteriores. Es decir, que es nuevamente un ens dei, de manifestación endocrina, verificándose una lesión inequívoca de suprarrenales. Esto explica que se alivie con cortisona y que la producción de la hormona colesterolol sea absolutamente deficiente. Por lo demás, poco importa qué gen o qué cromosoma encuentren deformado. La corrección de este tipo de enfermedades no la encontrarán con la genética. La encuentra el paciente resuelto a corregir su conducta.

 

Vitiligo. Se decolora la piel. Deja de funcionar progresivamente la función cromatósfera de la hormona pigmentaria de la glándula hipófisis. El problema en este caso coincide con debilidad acentuada del cuerpo vital., manifiesto o signado al iris en el centro vital del cerebro. Se trata de algún tipo de parásito que vive a expensas de la vitalidad del individuo. Al manifestarse en la cabeza nos da a concluir en una larva mental (ens astrale). Coincidentemente, las cuadraturas de estos individuos dan una existencia llena de nudosas complicaciones inexplicables, y en más de una ocasión de análogas complicaciones físicas inexplicables. ¡He allí la relación entre la fuerza de los astros con la del pensamiento!

 

 

 

ANÁLISIS CLÍNICOS

 

 

 

EJEMPLOS DE ANÁLISIS DE LA MEDICINA CONTEMPORÁNEA OCCIDENTAL (material extraído de estudios de nuestros pacientes)

 

 

Ejercicio. Buscar el método iriológico para buscar la misma información. (Se recomienda repasar: anatomía y fisiología, patología y terminología médica –valores normales– del curso de botánica medicinal.)

 

 



ESTUDIOS REALIZADOS


VALORES INDICATIVOS DE ENFERMEDADES O DIAG­NÓS­TI­CO CLÍNICO


SIGNOS IRIDALES



  1. 

Análisis de orina.


Deoxipiridinolina en la orina: infección urinaria.


 



  2. 

Análisis de sangre, hormonas de paratiroides.


Paratiroides sana, cálculos de fosfatos por otra causa.


 



  3. 

Análisis de sangre, perfil tiroideo.


tsh 12,5 (normal hasta 3).

Bocio Hashimoto.


 



  4. 

Análisis de sangre: glucosa.


Diabetes.


 



  5. 

Análisis de sangre: perfil li­pí­dico.


Colesterolemia.


 



  6. 

Análisis de sangre: perfil ti­roideo.


Hipotiroidismo.


 



  7. 

Análisis hormonal femenino completo y resonancia magnética de silla turca, hipófisis.


Prolactina 196 (4 a 30). tsh alto.

sfh y lh normales, pero muy distanciados (deberían estar cer­canos).

Resonancia: asimetría de la glándula hipofisaria, sin evidencia concluyente de adenoma. Para mayor precisión diagnóstica se debería complementar con secuencias con contraste paramagnético.


 



  8. 

Bacteriuria cuantitativa y antibiograma.


Estafilococo blanco sutil (aprofitma). El antibiograma, para saber en antibiótico al cual es sensible el patógeno (y no resistente).


 



  9. 

Biopsia de la piel.


Solamente una bacteria.


 



10. 

Colonoscopía.


Divertículos intestinales.


 



11. 

Ecografía ventral.


Once quistes, siete en el ovario izquierdo, cuatro en el derecho.


 



12. 

Electroencefalograma.


Foco epiléptico izquierdo.


 



13. 

Electromiograma, tomografía computada, punción y biopsia de músculo.


Clínica: hiperreflexia, fasciculaciones en las piernas.

Tomografía: esclerosis lateral ameotrófica.

Electromiograma: lesiones de axones en L3-L4.

Punción: proceso degenerativo in­munorreactivo.

(El paciente se niega a tomar cor­tisona.)


 



14. 

Ergometría.


Tensión arterial hasta 28 de sistólica (alta).


 



15. 

Estudio muscular nuclear.


Miastenia grado 5. (No puede caminar, tragar ni respirar. Le sacaron la glándula timo.)


 



16. 

Hemograma.


Anemia, falta de hierro.


 



17. 

Hemograma completo y ecografía abdominal.


Metaplasia mieloide atnogénica es­tacionada (de médula ósea). (Sólo admite trasplante de familiar, de hermanos) 30.000 glóbulos blancos.

Hiperesplenomegalia.

(La pacienta tuvo 25 erisipelas.)


 



18. 

Medición de presión ocular y es­tudio oftalmológico.


Glaucoma congénito bilateral de án­gulo abierto. (La bebé lleva ya hechas cinco operaciones de troneclotomía; cortes para drenar el humor acuoso).


 



19. 

Observación por lámpara de hendidura.


Perforaciones en el globo ocular.


 



20. 

Placa de columna.


Cervicitis crónica.


 



21. 

Proteínas en sangre.


Proteinemia.


 



22. 

Punción tiroidea.


Bocio, con nódulo grado 2.


 



23. 

Radiografía de rodillas.


Artrosis reumatoidea.


 



24. 

Resonancia magnética.


Neuropatía.

Displasia genética conjuntiva.

Denervación.


 



25. 

Test de alergias.


Alergia al yodo.

Dermatitis.


 

 

 

 

CONCLUSIONES DE LOS ANÁLISIS CLÍNICOS

 

 

 

Los diagnósticos clínicos de la medicina moderna se caracterizan por ser anatómicos técnicos, fisiológicos cuantitativos y patológicos especulativos. En cuanto a los resultados, en ocasiones hemos encontrado que son específicos, de amplia descripción, cuando una patología pasa a estar definida. Y como elemento carente, entendemos el más importante la falta de análisis de causas psíquicas, así como también de la relación entre los diferentes valores cuantitativos con las afecciones orgánicas y de cómo se interrelacionan entre sí. Carencias que entendemos se han ido dando por la atención cada vez más concentrada en la “parte” y no en el “todo” orgánico, y seguramente no ajenas a cualquier estudiante de medicina contemporánea, pero sí a quienes pasan ya años alejados del estudio integral (aunque fuera físico) del hombre.

En este caso la iriología es la ciencia que viene cumpliendo ese rol integrador a nivel internacional, valor por el cual los sistemas de medicina europeos comienzan a permitir una concisa unión entre una iriología científica con la ciencia actual. Y es más, en algunos (no muchos aún) institutos de salud privada comienza a esbozarse la idea de la integración de las medicaciones naturales en todo lo que es posible ello, además del sistema de diagnóstico por el iris. Y de forma o método naturopático, no sólo homeopático, pues es bien sabido que existen desde hace ya muchos años hospitales homeopáticos, los cuales han demostrado excelentes resultados con su método hahnemanniano. ¿Cuánto más sería el beneficio público con las dosis paracelsianas? La respuesta podría quedar en silencio si no se hace el bien de intentar. Después de todo, en la ciencia paracelsiana descansa la causa de nuestros conocimientos modernos en medicina de laboratorios. ¿Por qué habríamos de dudar de la sabiduría médica universal causativa? La respuesta a eso parecería evidente: por los adelantos técnicos y análisis clínicos sorprendentes. Los aun más sorprendentes descubrimientos científico-médicos han opacado totalmente o casi totalmente el respeto por la sabiduría médico-iniciática, digamos a nivel poblacional en general, con las obvias excepciones a la regla de algunos grupos o pequeñas poblaciones en lo largo y ancho del mundo.

Pero, ¿cómo podríamos refutar con bases intelectuales o razonativas que ni tan perfectos son los sistemas científico-médicos, por no poder por sí mismos, sin la intervención del médico-sabio, integrar y explicar cabal y completamente, a satisfacción, las causas y efectos de toda enfermedad? Además no resultan tan evidentes las suposiciones especulativas de la medicina contemporánea acerca de sus propios resultados clínicos, como demuestra la creciente proliferación de las enfermedades mortales y de las crónicas. Habría que analizar paso a paso, ¿cuáles enfermedades se afirma que con relación a la época de los grandes médicos sabios se han logrado superar ampliamente y en realidad se las ha camuflado con diferente nombre? ¿Por qué tan pocas explicaciones a los enfermos, cuando en realidad es un derecho legal del paciente en los códigos de casi todos los países? En mi práctica he podido verificar que tras la justificación de que es “para no preocupar”, en realidad es en el fondo una suerte de “vergüenza por la poca utilidad” del sistema. Tengamos en cuenta de que si comprendiésemos que estamos prácticamente todos demasiado enfermos, deberíamos cambiar con urgencia inaplazable la forma de vivir, de comer y beber, de pensar y de sentir. Es claro, tal vez se volvería un mundo un poquito mejor y muchas enfermedades sólo con eso dejarían de existir. ¿Acaso no nos acercaríamos a la sabiduría de los hindúes, médicos del Ayurveda, que enseñan a vivir con salud y no a desordenarse con “libertad y derecho” para luego en muchos casos no poder siquiera “emparchar” dolencias de lógica consecuencia? Y una tercera pregunta sería: ¿a quién puede no interesarle ese cambio de vida que nuestra propia naturaleza nos exige? ¿Cuál es la fuerza que nos empuja a todos a vivir indebidamente, que es la misma que empuja a la ciencia médica contemporánea a desordenarse tremendamente, dentro de una apariencia muy bonita y “vendible”, con sus cientos de aparatos técnicos supuestamente infalibles, y que es la misma fuerza que no nos permite ver claramente que esos miles de aparatos no son tan infalibles? ¿O acaso no observamos todos los días que la enfermedad pública crece? La respuesta no es contra los pobres médicos, que hacen lo mejor que pueden. Tampoco contra los políticos, enredados en sus propios autoengaños. Y no siendo contra nadie ni contra todos, volvemos a la fuente paracelsiana. Teofrasto enseñó que debemos buscar la causa de esa enfermedad “social” (la de mantener firme el error humano y la consecuente enfermedad, y eso sí, muy disculpado o autoindulgente) dentro de nosotros mismos. Es un ens veneni, diríamos, eso de gusto por el dolor o por el error que todos cargamos dentro de nosotros mismos. Dijo Teofrasto que la causa de la enfermedad (el enfermador) está dentro de nosotros mismos. Y que la causa de la curación (el sanador) también está dentro de nosotros mismos. ¿Por qué la ciencia médica universal nos resulta “pura palabrería incomprensible”, “lindas teorías fantásticas” o “bonitas filosofías sin base científica”? Después de rigurosas reflexiones llegué a la conclusión de que en el fondo es, por un lado, que fuimos educados diferente. ¿Pero por qué, una vez que sí sabemos, igual educamos a nuestros hijos como lo hicieron con nosotros? Nuevas rigurosas reflexiones en el terreno de lo médico en que he incursionado a mi gusto estos años me han llevado a la conclusión de que cada ser humano carga la fuerza contraria a la paz, el amor, la salud y todos los valores esenciales de los que hemos platicado en el curso de florales. Eso nos saca del campo de batalla. ¿Por qué combatir al doctor de la medicina contemporánea o a cualquier otro líder de cualquier medicina? ¿No es acaso más inteligente combatir el contrario que cargo en mí mismo para seguir fielmente las indicaciones de Teofrasto? Uno puede pasar la vida como quiera: protestando contra todos los sistemas para imponer aquello de lo que está convencido, o dedicado a dar aquello en lo que uno cree en forma desinteresada, y procurando actuar acorde con lo que dice. Por lo demás, poco posible es convencer a nadie. En esta época las teorías están “sobre la mesa” y cada quien puede tomar la “carpeta” que le plazca. Les diría que nada permanece oculto, que ha cristalizado todo lo necesario para entender. A convencerse, pues, de lo que más nos atrae. Desde ese punto de vista la discusión concluye. Por eso está dado así. Los caminos están muy libres. Cada quien está llamado a elegir el suyo. Por todo eso prefiero trabajar en paz, trasmitir algo de Felipe Paracelso, que es un educador en medicina universal, porque me parece que ya dijo mucho, y no ponerme a discutir si las cosas son así o asá.

Con relación a los resultados diagnósticos de los indios araucos y de los maestros Paracelso, Hipócrates, Hermes, Avicena, Krumm Heller, etcétera, ya hemos explicado que tienen poderes ocultos. Que utilizan las facultades del alma, los chacras muy bien desa­rrollados, los doce sentidos muy bien aplicados, o como se les quiera llamar. Y que esos conocimientos no deben quedarse ocultos, por eso están por todos los lugares. Si pasamos las páginas, pero preferimos lo “más corto y rápido”, lo fácil, entonces es mejor creer tan sólo en las máquinas. Pero si nos da la gana de recorrer senderos difíciles, entonces sí será mejor creer. Después creer no alcanza, porque si no hacemos (fabricamos) esas facultades dentro de nosotros mismos, vamos a necesitar las “maravillas” científicas. Sí es claro tenemos las reflexologías, una de ellas, muy completa, es la iriología. Pero si vamos a casos concretos de enfermedades graves, sólo con eso no. Necesitaremos trabajar en equipo con las máquinas. Así que de todos nosotros, tal vez alguno comprende y empieza a hacerse de su médico interior.

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